Trucos de belleza
Sin manchas: evita mancharte los parpados cuando uses máscara de pestañas utilizando una tarjeta de crédito. Apóyala sobre una ojera u peina as pestañas sobre ella. Y haz lo mismo con el párpado superior. Atención: no vale cualquier tarjeta. No es que tenga que ser una visa ora. Solo asegúrate de que es de plástico para que puedas limpiarla. Y no lo hagas por el lado de la banda.
Hasta las orejas: es normal que a la hora de cuidar la piel de tu rostro te olvides de ellas. Pero más vale que empieces a hacerlas caso si quieres evitar lucir unos lóbulos caído cuando seas abuelita.
Base imperceptible: ¿quieres que tu maquillaje se funda realmente como una segunda piel, pero el vello facial no te lo permite? La culpa es de que normalmente aplicamos la base con una esponja o con los dedos y con movimientos circulares. Este ritual enreda y levanta los pelitos haciéndolos evidentes. Así que, si tienes piel de terciopelo cambia de táctica. Primero deposita unas gotas de fórmula en el anverso de tu mano, así irás usando solo lo que vayas necesitando, sin asarte. Y utiliza una brocha compacta para extenderlo sobre el rostro a pinceladas descendientes.
La fiesta de la espuma: conseguir la cantidad de mousse que te pones en la mano sea justo la que necesitas no es sencillo. Con lo que te sobre, péinate las cejas, fijarás su look durante horas. Y si no te ha sobrado nada, recogel o que quede en la boquilla del bote.
Uno: consigue un look casi completo con un solo producto. Hazte con una paleta de polvos multitono. Impregna la brocha en todo el producto y maquilla en este orden: mejillas, frete y contorno del rostro. Después utiliza los polvos rosa claro como colorete y los oscuros como sombre de ojos. Y ponte los dorados a modo de iluminado: a lo largo del hueso de la nariz, bajo las cejas, en el lagrimal... Para un extra de luz da un toque de gold en los lóbulos de las orejas.
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